Ante el embate que sufren
las carreras de humanidades, “el papel de los filósofos es hacerle frente a la
dominación y crear un bastión” que evite los criterios empresariales con los
que se evalúa.
Así lo propuso Juan Moisés
Anaya, en la sexta mesa del Ciclo interdisciplinario del XX Encuentro Regional de Pasantes y estudiantes en Filosofía, “El pensamiento filosófico en el
contexto sociopolítico de México”, organizado por la coordinadora nacional y que
se realiza en las instalaciones del Centro Universitario de Ciencias Sociales y
Humanidades.
Exhortó a los presentes en
el auditorio Silvano Barba que “como estudiantes debemos de asumir la
responsabilidad de crear proyectos que promuevan, desde las diferentes
corrientes, la formación de personas críticas cultivadas e interesadas en el
pensamiento, las artes, la historia y los conflictos cotidianos de México”.
Su lectura estuvo basada
en su proyecto de tesis “La Universidad como forma de transformación social”, a
la que llegó luego del comparativo de las visiones de tres universidades
particulares (Iberoamericana, Anáhuac y LaSalle), así como la lectura de
Agustín Rivero, de la Universidad Autónoma de Morelos, según citó.
“Al estar sometida a parámetros
empresariales, más que educacionales, las universidades quedan supeditadas a
formas de evaluación que poco, o nada, están adecuadas a la lógica de las
disciplinas”, citó.
Rivero señala factores
externos e internos “que afectan a la presencia sólida de las humanidades en
las universidades, tales como la obtención de la jerarquía académica a partir
de la producción de textos, en ese sentido, quien tenga mayores publicaciones
será un mejor investigador independientemente de la calidad de los textos y, en
el mejor de los casos, los principales lectores son integrantes de la comunidad
académica”.
El estudiante de la
Universidad LaSalle señaló también que “el papel de los filósofos es hacerle
frente a la dominación y tener un bastión contra el desdén que ha existido en
México respecto a las humanidades, que han ido perdiendo peso dentro de las
Universidades de México, hoy pocos son los egresados de bachillerato que
aspiran a una carrera humanista si los comparamos con los que buscan
licenciaturas que se supone dejan una mayor ganancia económica.
“En los últimos años las
humanidades han sido consideradas como un adorno del conocimiento, que es
poco importante para lo que realmente sirve aprender.
Y dentro de las
Humanidades la filosofía podría ser la que mayor ha sufrido el embate
tanto a nivel medio superior como superior”.
Dijo que la pregunta
obligada es ¿qué hacer ante esta situación?, ¿qué son las humanidades?, ¿puede
la filosofía aportar algo a la sociopolítica de México”.
Las humanidades, dijo,
tienen una inmensa tarea por delante, bajo el paradigma de ser un trabajo
individual que se vuelca sobre el pasado y que a diferencia de las
ciencias no ve hacia el futuro, pues que su tarea sea crear doctores de marfil
en las universidades.