miércoles, 7 de octubre de 2015

Necesario un frente que detenga el embate contra las humanidades

 Ante el embate que sufren las carreras de  humanidades, “el papel de los filósofos es hacerle  frente a la dominación y crear un bastión” que evite  los criterios empresariales con los que se evalúa.

 Así lo propuso Juan Moisés Anaya, en la sexta mesa  del Ciclo interdisciplinario del XX Encuentro Regional  de Pasantes y estudiantes en Filosofía, “El  pensamiento filosófico en el contexto sociopolítico de  México”, organizado por la coordinadora nacional y  que se realiza en las instalaciones del Centro                                                                        Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades. 


Exhortó a los presentes en el auditorio Silvano Barba que “como estudiantes debemos de asumir  la responsabilidad de crear proyectos que promuevan, desde las diferentes corrientes, la formación de personas críticas cultivadas e interesadas en el pensamiento, las artes, la historia y los conflictos cotidianos de México”.

Su lectura estuvo basada en su proyecto de tesis “La Universidad como forma de transformación social”, a la que llegó luego del comparativo de las visiones de tres universidades particulares (Iberoamericana, Anáhuac y LaSalle), así como la lectura de Agustín Rivero, de la Universidad Autónoma de Morelos, según citó.

“Al estar sometida a parámetros empresariales, más que educacionales, las universidades  quedan supeditadas a formas de evaluación que poco, o nada, están adecuadas a la lógica de las disciplinas”, citó.

Rivero señala factores externos e internos “que afectan a la presencia sólida de las humanidades en las universidades, tales como la obtención de la jerarquía académica a partir de la producción de textos, en ese sentido, quien tenga mayores publicaciones será un mejor investigador independientemente de la calidad de los textos y, en el mejor de los casos, los principales lectores son integrantes de la comunidad académica”.

El estudiante de la Universidad LaSalle señaló también que “el papel de los filósofos es hacerle frente a la dominación y tener un bastión contra el desdén que ha existido en México respecto a las humanidades, que han ido perdiendo peso dentro de las Universidades de México, hoy pocos son los egresados de bachillerato que aspiran a una carrera humanista si los comparamos con los que buscan licenciaturas que se supone dejan una mayor ganancia económica.

“En los últimos años las  humanidades han sido consideradas como un adorno del conocimiento, que es poco importante para lo que realmente sirve aprender.

Y dentro de las Humanidades la filosofía podría ser la que mayor ha sufrido el embate  tanto a nivel medio superior como superior”.

Dijo que la pregunta obligada es ¿qué hacer ante esta situación?, ¿qué son las humanidades?, ¿puede la filosofía aportar algo a la sociopolítica de México”.

Las humanidades, dijo, tienen una inmensa tarea por delante, bajo el paradigma de ser un trabajo individual que se  vuelca sobre el pasado y que a diferencia de las ciencias no ve hacia el futuro, pues que su tarea sea crear doctores de marfil en las universidades.