Un laboratorio estadunidense reveló un nuevo concepto
de reactor de fusión nuclear, ocho veces más pequeño que el reactor ITER
actualmente en construcción, con la misma potencia y a un cuarto de su costo.
La fusión nuclear, o la unión de dos núcleos ligeros que produce un núcleo más pesado, liberando una cantidad inmensa de energía, representa el santo grial de la producción de energía. Contrariamente a la
fisión nuclear utilizada actualmente en las centrales nucleares, que implica la
ruptura del núcleo de un átomo, la fusión produce muy pocos desechos
radiactivos.
Pero la reacción de fusión por ahora no es explotable comercialmente, ya que es necesario usar más energía para desencadenarla que la que produce. El principal obstáculo tecnológico actual es la energía necesaria para contener el plasma -mezcla de núcleos positivos y electrones a alta temperatura, que tiene la capacidad de conducir electricidad- en un volumen restringido con ayuda de campos magnéticos muy poderosos.
Por ahora el único reactor experimental de fusión
nuclear de dimensión industrial en construcción es el proyecto internacional
ITER, en el sudeste de Francia. La construcción comenzó en 2007, se espera que
esté terminado en torno a 2020 y que produzca diez veces más de energía de la
que consume.
La eficacia del reactor imaginado por el prestigioso
instituto de tecnología de Massachusetts -MIT de la universidad de Harvard,
bautizado ARC y que podría construirse por 5 mil millones de dólares según el
MIT, proviene de nuevos materiales supraconductores a alta temperatura capaces
de proveer un campo magnético más potente. El resto del reactor ARC se asemeja
al ITER, que utiliza no obstante imanes supraconductores a baja temperatura.
El proyecto -enteramente teórico- comenzó en un curso de diseño de reactor a
fusión dictado por el profesor Dennis Whyte y fue luego retomado por
estudiantes para su tesis, dando lugar a un artículo publicado en la
revista Fusion Engineering and Design a mediados de julio.
A diferencia del ITER, el reactor del MIT sería desmontable, lo que permitiría
probar más fácilmente distintas configuraciones.
Según Dennis Whyte, coautor del artículo, ya no es posible modificar el ITER para incluir nuevos materiales, porque su construcción está demasiado avanzada. El reactor ARC podría ser construido en cinco años según Whyte, que se basa en el tiempo de construcción de reactores experimentales de tamaño equivalente en el mundo. Pero por ahora, el profesor precisa que las bobinas supraconductoras a alta temperatura de ARC "todavía no fueron testeadas" fuera de laboratorio.