Con un llamado a realizar acciones afirmativas en torno a los derechos humanos
en el campo educativo y de formación profesional, el presidente de la CEDHJ,
Felipe de Jesús Álvarez Cibrián, dictó la conferencia: “La educación desde el
nuevo paradigma de derechos humanos” en el marco del Congreso de Orientación
Educativa, Desafíos para una Universidad Incluyente, el cual se realizó en la
explanada de la biblioteca pública Juan José Arreola, de la Universidad de Guadalajara.
Ante la presencia de 150 estudiantes y académicos, Álvarez Cibrián señaló que la Constitución, desde la reforma constitucional de derechos humanos del 10 de junio de 2011 incorpora en su artículo 1° varios principios, como son el de universalidad, que significa que son para todos, sin excepción de personas; el principio de progresividad, que no pueden ser regresivos y que no pueden ir hacia atrás en su reconocimiento; el principio pro homine o pro persona, entre otros, cuyo cumplimiento, recalcó, proviene de una obligación constitucional y debe observarse en la educación.
Recordó que en 2014 se
efectuó una reforma a la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación, con lo
que se establecieron medidas afirmativas, de nivelación y de inclusión a favor
de grupos vulnerables, entre los que se encuentra la mujer.
El ómbudsman dijo que es
necesario garantizar los derechos por igual a todas las personas, en todo
tiempo y en todo espacio, puesto que aún no se cumple cabalmente con la
legalidad y las obligaciones constitucionales y convencionales de los tratados
internacionales de derechos humanos, como en el caso de estudiantes con alguna
discapacidad.
“No se ha dotado de esas
estructuras de acceso para que un estudiante que está en silla de ruedas pueda
llegar a un tercer piso a tomar clases, tampoco se ha generado un lenguaje
braille o establecido los grupos con profesores o intérpretes de lengua de
señas mexicana para las personas que tienen una discapacidad auditiva”.
Al mencionar el tema de la
discriminación, recalcó que ya se tenía una ley general para prevenir y
eliminar la discriminación a escalas nacional y estatal. Sin embargo, aún se
siguen presentando casos concretos de discriminación. “Por ejemplo, una
encuesta nacional a quince mil estudiantes de educación media superior reflejó
que 54 por ciento de los encuestados contestó que no les gustaría tener por
compañero a alguien que tenga VIH, lo cual implica también que se ha fallado en
promover entre los maestros esa cultura del respeto a las personas que viven en
una situación de vulnerabilidad”.
En esas proporciones hubo
también a quienes no les gustaría tener a personas indígenas, con discapacidad
y personas migrantes como compañeros.
“Nosotros, los padres de
familia, también proyectamos y formamos hijos con esa cultura de
discriminación, porque ha sido parte de nuestra idiosincrasia y formación
cultural el poner apodos, el discriminar, todos esos aspectos que al final de
cuentas generan una afectación”.
El ombudsman ejemplificó casos concretos de discriminación de parte de
directivos y maestros hacia alumnos con alguna discapacidad, o bien acciones
que los docentes ejercen sin tomar en cuenta las garantías para su protección y
no violación de los derechos fundamentales.
Concluyó señalando que la
igualdad de oportunidades es fundamental, y que se debe hacer todo lo necesario
y aplicable a cada caso particular y a cada circunstancia especial.