Valdivia Ornelas dijo que “el objeto es tener
nformación técnica y científica de lo que ahí existe, para poder entender sus
aspectos y darle valor desde el punto de vista turístico y de patrimonio”.
Agregó que “el objetivo del trabajo y la información es establecer estrategias
nuevas que se enmarcan en lo que la UNESCO llama geoparques, a fin de asumir
políticas más claras y concisas sobre los temas de conservación,
aprovechamiento, educación e investigación”.
Los geoparques son modelos que buscan la protección de áreas ecosistémicas que permiten la relación equilibrada entre todos los elementos biológicos, basados en la educación y el respeto a la naturaleza.
El concepto nace en Beijing en 1996, y en la misma ciudad se crea en 2004 la Red Mundial de Geoparques; a partir de entonces la UNESCO comienza a participar en este mecanismo de protección. Hasta 2013 había registrados en el mundo 92 geoparques; Europa estaba al frente con 52, Asia con 37, América del Norte uno y otro más en Latinoamérica; sin embargo, en esta región existen 45 proyectos de geoparques, 30 de ellos están en Brasil y otros en México.
Para pertenecer a la Red de Geoparques se requiere llevar a cabo un largo proceso que incluye un inventario, la valoración y selección de los sitios a ser incorporados. En México existen varias iniciativas para que se concreten estos modelos, una de ellas está en San Luis Potosí, otra en Baja California Sur y una más en los valles de Oaxaca y Puebla.
La doctora Lucía González mencionó las medidas que ayudarían a la creación del geoparque como “fortalecer el contacto con las asociaciones de ciclistas para establecer rutas y hacer materiales cartográficos que permitan gestionar de mejor manera la afluencia de ciclistas y las rutas que puedan seguir”.
Entre las áreas que quedaron fuera de la demarcación de área natural protegida sentenciada en los años 70, se encuentran los desarrollos inmobiliarios de Buganvilias, El Palomar, Zona del Pilar de La Venta y los márgenes de la zona de Las Tortugas, donde se han construido fraccionamientos que afectan el desarrollo biológico del ecosistema de La Primavera.
Los geoparques son modelos que buscan la protección de áreas ecosistémicas que permiten la relación equilibrada entre todos los elementos biológicos, basados en la educación y el respeto a la naturaleza.
El concepto nace en Beijing en 1996, y en la misma ciudad se crea en 2004 la Red Mundial de Geoparques; a partir de entonces la UNESCO comienza a participar en este mecanismo de protección. Hasta 2013 había registrados en el mundo 92 geoparques; Europa estaba al frente con 52, Asia con 37, América del Norte uno y otro más en Latinoamérica; sin embargo, en esta región existen 45 proyectos de geoparques, 30 de ellos están en Brasil y otros en México.
Para pertenecer a la Red de Geoparques se requiere llevar a cabo un largo proceso que incluye un inventario, la valoración y selección de los sitios a ser incorporados. En México existen varias iniciativas para que se concreten estos modelos, una de ellas está en San Luis Potosí, otra en Baja California Sur y una más en los valles de Oaxaca y Puebla.
La doctora Lucía González mencionó las medidas que ayudarían a la creación del geoparque como “fortalecer el contacto con las asociaciones de ciclistas para establecer rutas y hacer materiales cartográficos que permitan gestionar de mejor manera la afluencia de ciclistas y las rutas que puedan seguir”.
Entre las áreas que quedaron fuera de la demarcación de área natural protegida sentenciada en los años 70, se encuentran los desarrollos inmobiliarios de Buganvilias, El Palomar, Zona del Pilar de La Venta y los márgenes de la zona de Las Tortugas, donde se han construido fraccionamientos que afectan el desarrollo biológico del ecosistema de La Primavera.