miércoles, 2 de septiembre de 2015

Derechos humanos: tema fundamental en nuestra colaboración con México, expresa el embajador de Reino Unido en México

 La Carta Magna de 1215 había sido el primer paso  hacia los derechos sobre la tierra y un nivel de vida digno. Pero este  documento histórico tiene un significado más amplio: con frecuencia  es considerado una inspiración clave para el reconocimiento actual  de los derechos humanos y la importancia del Estado de derecho.

 La Carta Magna estableció que el poder del rey ya no podía ser  absoluto. El sistema legal ya no podía emplearse para servir los  intereses de las élites. Todos se hicieron iguales ante la ley.

 Éste es un principio absolutamente fundamental, que es igualmente  válido hoy que hace 800 años. Sin la certidumbre de que si se  comete un delito se investigará, procesará y castigará al  responsable, sin importar de quién se trate, no hay justicia ni Estado  de derecho. En última instancia, es responsabilidad de los Estados  respetar y defender los derechos humanos, incluso cuando no resulte  cómodo, así como poner en práctica y modelar en casa las conductas  que ellos promueven en el plano internacional.






Como amigo y aliado de México, Reino Unido siempre está buscando oportunidades de colaboración para enfrentar retos comunes. Un ejemplo de ello es justamente en el área de los derechos humanos y de seguridad. Queremos trabajar conjuntamente para mejorar la defensa de los derechos humanos al compartir nuestra experiencia y elevar el alcance de la ayuda que ofrecemos para sumarnos al desarrollo de capacidades en temas de seguridad y justicia, para ayudar a reforzar el Estado de derecho. Sabemos que sin respeto a los derechos humanos no existe seguridad y justicia, y sin Estado de derecho no puede existir ninguna de ellas. Deseamos trabajar con México para compartir las lecciones que hemos aprendido sobre cómo proteger los derechos de individuos, mientras se atienden desafíos de seguridad. 

Parte fundamental del trabajo conjunto entre nuestros países consiste en compartir experiencias entre los profesionales. La semana pasada dos miembros del Servicio de Policía de Irlanda del Norte impartieron en México un taller sobre investigación de homicidios, dirigido a fiscales, investigadores y expertos forenses. Su experiencia en la solución de crímenes en un entorno complejo de política y seguridad aportó una perspectiva valiosa, que, espero, dará a los profesionales mexicanos nuevas ideas, y la certeza de que sin importar lo difícil que pueda parecer la situación, los delitos que amenazan con separar el tejido social se pueden resolver si existe la voluntad para hacerlo.

En las próximas semanas también trabajaremos con la Asociación Internacional de Abogados y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para impartir capacitación a jueces sobre el manejo de casos de tortura y desapariciones forzadas.

Esta noche lanzaremos el proyecto en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde al mismo tiempo reflexionaremos sobre la influencia que la Carta Magna ha tenido más allá de las fronteras de Reino Unido. Algo oportuno, pues ayer fue el Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de Desapariciones Forzadas.

Las libertades y los derechos humanos que disfrutamos en nuestras sociedades abiertas son frágiles, y debemos trabajar constantemente para defenderlos. A principios de mi carrera, hace tres décadas, viví cuatro años en un país comunista que no respetaba los derechos individuales a la libertad de expresión o de reunión, ni permitía siempre viajar con libertad. Pude ver de primera mano la forma en que estas restricciones y la falta de libertad creaban un clima de temor en toda la sociedad. Ése no es el tipo de sociedad en el que quiero vivir. Quiero vivir en una sociedad libre, donde los ciudadanos puedan pensar y decir lo que quieren, confiando en que la ley defenderá su derecho a hacerlo. Tengo un compromiso apasionado con la defensa de los derechos y de las libertades, así como por apoyar a todos aquellos —ya sea en el gobierno, en la sociedad civil o como individuos— que se dedican a hacer lo mismo. En México es un privilegio reunirme y hablar con ellos: sus recomendaciones guían nuestro trabajo.