Margarita Luna Ramos
consideró que la igualdad de género, aun en presencia de leyes avanzadas, sigue
siendo para muchas mujeres una realidad inasible.
Para juzgar con
perspectiva de género, al país le falta mucho camino por recorrer, pues
persisten los problemas de discriminación y desigualdad, opinó la ministra Olga
Sánchez Cordero, a menos de 20 días de dejar su cargo en la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN).
En este sentido se pronunció la ministra Margarita Luna Ramos, quien entrevistada en el marco del I Encuentro Internacional Juzgando con Perspectiva de Género pugnó porque una mujer llegue al tribunal constitucional.
“Yéndose una mujer,
debería llegar otra”, apeló a Margarita Luna, aunque reconoció que es
competencia del Ejecutivo federal la propuesta de la terna y del Senado de la
República la designación.
“Todas tienen el legítimo
derecho de aspirar a la máxima legislatura del país”, aseveró la ministra Luna
Ramos, y que en caso de no ser electa una candidata para ocupar alguno de los
dos espacios que quedarán libres hacia fines de este mes, será la única mujer
en el pleno del tribunal constitucional.
Por su parte, durante la
inauguración del encuentro, el ministro presidente de la SCJN y del Consejo de
la Judicatura Federal (CJF), Luis María Aguilar, indicó que la justicia tiene
que reconocer diferencias y compensar las desigualdades.
“Las diferencias existen
entre las personas por su sexo, por su pertenencia a una etnia, por sus
creencias o por un estatus migratorio, pero ninguna diferencia puede menoscabar
el ejercicio de un derecho. Hay diferencias derivadas de condiciones económicas
y materiales distintas, de manera que se convierten en desigualdades al
provocar que no todas las personas tengan garantizado el ejercicio de sus
derechos”, sostuvo.
En tanto, la ministra Luna
Ramos declaró que “vivimos en un mundo en el que la igualdad de género, aun en
presencia de leyes avanzadas, sigue siendo para muchas mujeres una realidad
inasible, algo irreal”.
Ello, demostrado con
números, argumentó. El más reciente informe del Banco Mundial sobre Mujeres,
Negocios y la ley 2016 muestra, con cifras, esta verdad, al indicar que a pesar
del esfuerzo de diversos países para “nivelar el terreno” de las oportunidades
y el trato entre hombres y mujeres, esto en la vida real todavía no se da.