Entre 1920 y 1922, Franz
Kafka compartió a Milena Jesenská, no solo su miedo y preocupación por la impersonalidad que generaban los profundos cambios en las nuevas formas como se
comunicaban las personas, sino, y sobre todo, su aversión a esa extraña
actividad de escribirse cartas. Kafka dijo:
¿De dónde habrá surgido la
idea de que las personas podían comunicarse mediante cartas? Se puede pensar en
una persona distante, se puede aferrar a una persona cercana, todo lo demás
queda más allá de las fuerzas humanas.
Escribir cartas, significa
desnudarse ante los fantasmas que lo esperan ansiosamente. Los besos por
escrito no llegan a su destino, se los beben los fantasmas por el camino… La
humanidad lo percibe y lucha por evitarlo; y para eliminar lo fantasmal entre
las personas y lograr una comunicación natural, que es la paz de las almas, ha
inventado el ferrocarril, el automóvil, el aeroplano, pero ya no sirven, son
evidentemente descubrimientos hechos en el momento del desastre, el bando
opuesto es tanto más calmo y poderoso, después del correo inventó el telégrafo,
el teléfono, la telegrafía sin hilos.
…Las personas casi nunca
me han traicionado, pero las cartas siempre…
En dichas líneas, el
escritor que mejor ha precisado narraciones sobre el abrumador funcionamiento
del derecho y la justicia, manifiesta los riesgos de la artificialidad, la
falta de seriedad, e incluso la falsedad en la transmisión de palabras para
comunicar ideas.
Desde el pasado, el miedo
y los riesgos por las novedosas formas de transmitir mensajes y por acceder a
la información han estado presentes en nuestro entorno… Ante las vertiginosas
transformaciones tecnológicas, el Derecho parecería que siempre llega tarde a
su cita con la sociedad, pues cuando más se le necesita para proporcionar
certeza, la insuficiencia de sus formas queda en evidencia ante la premura del
contexto.
Y es que la globalización
ha provocado la fusión de realidades en todos los ámbitos que trastoca el
Derecho. Entre algunas de sus diferentes derivaciones, se encuentra la
adecuación de las estructuras tradicionales no solo de acceder a las fuentes de
información, sino también en lo que respecta a su producción.
Aunado a dicho contexto de interdependencia, el uso de
distintas estrategias comunicacionales y simbólicas por parte de los operadores
jurídicos ha creado barreras que antes que generar conocimiento y hacerlo
accesible, se enfoca en oscurecer un potencial diálogo transversal. Cuando la
inmensa cantidad de ordenamientos están redactados con más tecnicismos que
palabras llanas, al momento en que las resoluciones judiciales siguen las
mínimas reglas de sintaxis (evitando cualquier indicio de brevedad), y la
doctrina científica se construye pensando no en el público en general sino en
los propios juristas (sin mencionar la cuestión de lo costoso que resulta
obtener ciertos recursos bibliográficos), el acceso al Derecho ya no solo
resulta poco estimulante desde un plano intelectual, sino también algo poco
democrático.
El desarrollo divulgativo
del Derecho a través de los blogs, ha encontrado una metodología tan creativa
como divergente para su promoción, sirviendo como instrumento de crítica
versátil (que permite la construcción de un conocimiento más democrático y
accesible para todos), pero, a la vez, conllevando riesgos que perturban
esquemas tradicionales y modifican una cierta concepción sobre el trabajo
jurídico.
Estos riesgos cobran
relevancia en territorio mexicano, ya que si bien es cierto que el fenómeno de
los blogs se encuentra globalizado y la existencia de un importante número de
blogs jurídicos en Hispanoamérica sirve para afirmar lo dicho, también lo es
que en México ha tardado en madurar. Las razones serían varias, sin embargo, la
gran cantidad de escuelas de Derecho que existen en el país (con sus profundad
desigualdades en cuestiones económicas y cualitativas), a la par de una añeja
casta de juristas renuente a facilitar el uso de nuevas tecnologías, podrían
dar algunas luces sobre dicho rezago.
A pesar de que cada vez
existen más nuevos medios informativos mexicanos encargados de realizar
periodismo de investigación en temas jurídicos, o que organizaciones no
gubernamentales abren espacios para compartir opiniones legales, el fenómeno de
los blogs jurídicos como tal (en comparación con otras latitudes, y teniendo en
consideración el número de abogados en el país), no ha terminado de echar
raíces en México.
De ahí que, a continuación
y de manera descriptiva, se ofrece una lista, sin aspiraciones limitativas,
sobre algunos de los principales miedos y riesgos que suelen utilizarse como
excusas al momento de abordar el tema de los blogs jurídicos.
“Antes de actuar, piénsalo
dos veces” – Irreflexividad
La hiperdocumentación a la
que la sociedad está expuesta, provoca que, de forma casi instantánea, se tenga
una rápida opinión sobre lo que ocurre. Así el contenido de los blogs, por
aprovechar la coyuntura del momento, contrasta con otros dilatados y reflexivos
procesos de escritura, como los artículos académicos.
“Lo pasado, pasado” –
Cronología inversa
A pesar de diferentes
funciones y modalidades formales y estéticas en el diseño de un blog, casi
de
manera irremediable, su formato está articulado a través de un orden
cronológico inverso, donde el contenido que se presenta no es el mejor, o el
más pertinente, sino el último que se publica.
“Más vale pájaro en mano
que ciento volando” – Desinformación
La anarquía que impera en
Internet resulta un arma de doble filo, pues por un lado generaliza las
posibilidades de cualquier persona para publicar lo que piensa, mientras que,
por el otro, ante tantas opciones la confusión y la sensación de incomprensión
puede llegar a saturar.
“Los libros electrónicos
no huelen a libro” – Desconfianza
El simple hecho de que una
publicación jurídica se encuentre respaldada por un comité editorial, o por un
conocido sello bibliográfico, puede que de entrada otorgue confianza y seriedad
en comparación con la individualidad que implica un blog.
“A lo hecho, pecho” –
Irresponsabilidad
No por que los blogs sean
espacios alternativos, o exentos de formalidades, significa que gocen de un
trato diferenciado al momento de hacer público su contenido. Las opiniones ahí
vertidas, al igual que en cualquier otro ámbito, encuentran repercusiones y,
por ende, tienen limitaciones y pueden ser materia de la normatividad
aplicable.
Ahora bien, resulta
pertinente mencionar que esta lista no implica fuertes impedimentos para
desarrollar un blog, pues, en gran medida, el buen funcionamiento del mismo
dependerá de la prudencia, la creatividad, la constancia, y la continua
comunicación del administrador con sus lectores. Así, estos riesgos suelen
atenuarse al ponderar algunas de sus mayores potencialidades:
Democratización
La retroalimentación de
los blogs, y su horizontalidad, a través de las secciones de comentarios y el
contacto directo, fomenta espacios de diálogo transversales, donde el autor
abandona su trinchera para resolver dudas sobre sus publicaciones e incluso
defenderlas.
Paridad socio-comunicativa
flexible
Los blogs de abogados son
un tipo de comunicación especializada en un contexto informal, de ahí que las
posibilidades que otorga un contexto como el de los blog jurídicos parece ser
uno de los mejores ventajas para fomentar un entendimiento lingüístico
igualitario.
Prontitud
La naturaleza de los blogs
no aspira al tradicional análisis intelectual que exige el campo académico, ni
se contrapone con el mismo. En todo caso, lo que se publica en estos espacios
contará con posibilidades para, eventualmente, desarrollarse.
Líderes de opinión pública
La rápida toma de postura
respecto a lo que acontece genera un impacto transversal en sociedad. Así, los
vínculos que se pueden generar con otras personas, provoca la identificación de
ciertos temas con los autores, posibilitando la utilización de estos como foros
de denuncia, como espacios alternativos de organización colectiva.
Sencillez operacional
Crear un nuevo blog es un
proceso fácil, que no requiere ningún nivel elevado de manejo de las nuevas
tecnologías. Lo amigable que pueden ser las distintas plataformas para
desarrollar un blog es un aliciente importante que promueve la idea de
simplicidad en el campo jurídico.
A pesar de que el tema de
los blogs no se puede decir que sea el tema del momento, o quizá uno de los más
nuevos dentro del impacto que tiene la tecnología en el campo jurídico, la
importancia de su estudio radica en ampliar las posibilidades para fomentar
otras maneras de socializar el Derecho más allá de los juristas y en tratar de
conciliar a las futuras generaciones de abogados y las condiciones que se
despliegan.
Juan Jesús Garza Onofre.
Profesor de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey.