Una de las organizaciones
cívico-políticas mejor estructuradas del México de la década de los veinte,
pero quizá de las menos estudiadas, es la Unión Popular de Jalisco, de Anacleto
González Flores. Este organismo católico se levantó sobre el éxito del boicot
económico local de 1918 contra la gestión de Manuel M. Diéguez en la entidad jalisciense, frente al proyecto nacional del triunvirato sonorense,
representado en tierras tapatías por políticos como José Guadalupe Zuno.
Según Javier
García-Galiano, el maestro González Flores, a principios de 1925, transformó en
la Unión Popular el denominado Comité de Defensa de Guadalajara, y utilizó la
presión popular de consumir únicamente lo indispensable, y dejar de pagar
contribuciones y servicios como la energía eléctrica, como una forma de
resistencia civil en defensa de la libertad religiosa. En esas acciones coordinadas
por la UP destacaron, desde luego, las mujeres tapatías en la denominada
Cruzada Femenina por la Libertad.
Una revisión del
“Directorio de Sociedades Cooperativas, Mutualistas y de Resistencia que
existen en el estado de Jalisco” en 19221 permite
darnos cuenta de la gran presencia de aquéllas de filiación católica, tales
como Obreros Católicos de Santa María de Guadalupe y Obreros Católicos del
Señor San José, en Arandas; la Sociedad de Obreros Católicos, en El Grullo; la
Sociedad Católica de Empleados de Comercio, la Unión de Sindicatos Católicos y
la Sociedad Cooperativa de Obreros León XIII, en Guadalajara; la Sociedad
Mutualista de Obreros Católicos, en Jesús María; la Unión Social Obrera
Católica”, en Lagos de Moreno; la Unión local de Sindicatos Católicos de
Zapateros, Carpinteros, Albañiles, Empleados de Comercio, en La Barca; la
Sociedad de Obreros Católicos, en Tototlán; las Sociedades Mutualistas de
Obreras y Obreros Católicos, en San Sebastián; la Sociedad de Obreros
Católicos, en Unión de Tula, y el Sindicato de Obreros Católicos de la Fábrica
La Experiencia, en Zapopan.
Y si bien la Unión Popular
de Jalisco no proponía explícitamente la promoción de organizaciones de
trabajadores, obregonistas y callistas temieron que su amplia y eficaz
estructura representara una alternativa real al proyecto corporativista que
empezó a forjarse en el México posrevolucionario, pues en ella todas estas
organizaciones podrían encontrar un centro aglutinador. Como bien señala
Roberto Blancarte, “el
Estado se opuso siempre a la creación de un sindicalismo católico, así como a
la formación de un movimiento obrero independiente”.
En nuestra opinión, la
Unión Popular de Jalisco, de Anacleto González Flores, puede ser vista como la
incipiente expresión de un poder situado a un lado del poder que construía el
régimen posrevolucionario. Una alternativa que no por ser regional era menos
real. Y la Cristiada representa la solución de esa contradicción.
En su obra clásica sobre
el conflicto cristero, Jean Meyer ha escrito que “la Liga (Nacional Defensora
de la Libertad Religiosa) no tuvo nada que ver, en fuerza y en eficacia, con la
Unión Popular de Anacleto González Flores, y fue en parte a causa de esto por
lo que decidió, como una solución fácil, la lucha armada… (El líder González
Flores) estaba preparado para un muy largo combate, cívico, político y social,
inspirado en Windhorst y sobre todo en Gandhi. Podía hacerlo, ya que la Unión
Popular enmarcaba e inspiraba a toda una población”.
En su ejercicio de
comparación entre la LNDLR y la Unión Popular, Jean Meyer aclara que la Liga…
presumía de un control que no tenía sobre la organización del llamado “maistro
Cleto”, “y para ello construyó las listas de adhesión y el mapa de los centros
regionales y locales (más de 200)…(que) son engañosas, ya que para todo el
occidente de la República allí donde se lee Liga hay que entender Unión
Popular”.
Pese a oponerse a la vía
armada, Anacleto González Flores se vio forzado a entrar a un conflicto que le
costó la vida. Y la Unión Popular se hundió en la vorágine de la guerra civil
de 1926-1929.
Alfonso Guillén Vicente
Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.