Los investigadores de postgrado siguen viendo los coloquios o la presentación de sus avances de investigación como una experiencia traumática, pero afortunadamente “los lectores académicos estamos evolucionando hacia una relación más de formación, que hace más énfasis en mirar un poco como pares a nuestros estudiantes”.
Así lo señaló la maestra María Guadalupe Moreno Bayardo, quien junto con José de la Cruz Torres Frías y José Margarito Jiménez Mora elaboraron “El discurso de los lectores académicos como mediadores para formar investigadores en el postgrado”, editado por la Universidad de Guadalajara.
A decir de la maestra en investigación educativa del Departamento de Estudios en Educación del CUCSH, en el camino el libro terminó como un manual pero no en el sentido de qué hacer, sino a partir de las recomendaciones que realizaron los lectores durante la elaboración del trabajo.
“Hay como una evolución positiva de la forma en que los lectores se acercan a los estudiantes y quizás se preguntan porque estábamos tan interesados
también no sólo en los mensajes que le dan a los estudiantes sino en el estilo y la forma de decirlo, pero es porque precisamente a veces no es con palabras como se impacta a la persona sino la actitud y la forma como se dijo lo que impacta positiva o negativamente a los estudiantes”.
Así lo dijo durante la presentación del libro realizada este miércoles en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades.
Explicó que “hicimos un ejercicio de tratar inferir si en los mensajes de los lectores había algo que podíamos considerar como rayos en su formación y ahí sí nos encontramos algunas diferencias”.
Dijo que “en su mayoría eran lectores que privilegiaron el lenguaje académico pero encontramos quien también hacían sentir todavía el que “yo soy experto, tú eres novato”, aunque esos fueron pocos casos y curiosamente el estilo de formación estuvo muy vinculado por los tipos de mensaje que encontramos”.
En su investigación, agregó, “encontramos que había mensajes prescriptivos, o sea “esto mejor hazlo así o así; mensajes de puntualización, donde le decían “este detalle que existe de esta manera no procede”; y había otros mensajes de cuestionamientos de revisión, como oye por qué decidiste llamarlo de esa manera”.
Moreno Bayardo agregó que “había otras indicaciones como la interlocución: “oye y si le hicieras de esta forma o le hicieras de ésta, ¿trataste de decir esto?”; había otros que como que trataban de propiciar el diálogo y nosotros notamos que aquellos lectores en que todavía tienen así como un dejo de mejor yo y novato tú eran más abundantes en mensajes prescriptivos y los que tiene un estilo mediador muy de pares abundaban mucho en mensajes de interlocución, pero cuando era necesario también hacían notar los errores, había precisiones también aunque su estilo fuera de interlocución”.
Señaló también que “cuando estábamos haciendo el análisis para el cierre nos preguntamos cómo interpretar esto de que un mismo lector a veces tenga un estilo y a veces otro, ¿será que no es congruente?, y coincidimos en que no era eso, decidimos que lo que pasa es que el lector tiene que ir percibiendo las características de cada estudiante y las características de su trabajo y a veces hay que darles mensajes de un tipo y a veces de otro”.
Finalmente, subrayó Moreno Bayardo, “lo venimos aprendiendo como un asunto pedagógico no como un asunto de incongruencias”.
Sin generalizar porque se trató de un estudio cualitativo, “de ahí nos nace al menos como una pre hipótesis que los lectores académicos estamos evolucionando hacia una relación más de formación, hacia más énfasis en mirar un poco como pares a nuestros estudiantes”.
Recomendó el libro porque insistió en que para estudiantes de posgrado y para formadores puede ser de mucho interés “porque el estudiante de postgrado tiene ahí un gran manual”.
